Estos días de viento están llenos de noticias de árboles caídos en los parques de pueblos y ciudades. Pero, ¿por qué caen?.
Los árboles, al igual que nosotros, se rigen por la ley del mínimo esfuerzo. Ellos excavan el suelo con sus raíces en busca de agua, pero si están plantados en un parque con parterres de flores, césped, setos y riego por aspersión, el agua no la tienen en la profundidad, sino en la superficie.
Todo ello hace que el sistema radicular se extienda horizontalmente en lugar de verticalmente, un gigante con los pies de barro, sin cimientos, así que una racha de viento mayor de lo normal fácilmente lo tumba.
Como dicen los abuelos: los árboles tienen que pasar sed. Es decir, deben esforzarse para conseguir lo que necesitan y ser firmes, al igual que nosotros.
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